jueves, 14 de enero de 2010

A book like this...

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Una sonrisa esbozada, suave y tersa, pura y simple. Una triste alegría se apodera de mi corazón, alegre pero triste... triste tristeza... Pero no deja de ser genial que pueda sentirme así por ti.

Vuela tan alto como puedas, sonríe al cielo y a todo lo que te rodea, se lo que siempre has deseado ser y déjate querer...

Alguien quiso terminar lo que nunca empezó, rellenar esas páginas en blanco y transformalas en un libro como este...

Angus & Julia Stone - A Book Like This

viernes, 8 de enero de 2010

Dos bajo uno - Encuentro (Cap. 4 publicado)

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El blog "Dos bajo uno", proyecto de escritura espontánea entre los bloggers "Cajón de Almidón" y "Mujer en laberinto", ha publicado su cuarto capítulo; Encuentro. Animaos y entrad, ahora parece que empieza lo bueno...

Aquí os dejo el enlace:
Dos bajo Uno

lunes, 4 de enero de 2010

Abstracción discontínua

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Irrisorio estado de enfado. Oscuro velo de coaguladas sensaciones de incertidumbre. Navegar entre natillas, andar con épico esfuerzo a través del fango, ahogarse en nubes de azucar... dulce, amargo, blanco y negro... quedarse en un punto intermedio donde la oscuridad intenta hacerse con el control, pero no ocurrirá, es un hecho.

Un enorme gato, tres palmos más grande que yo, me espera a escasos metros de mi. Me sonríe y espera mi llegada. Algo me quiere decir.

- No te fies de ningún perro, amigo, son todo falsedades, no querrá nada bueno y cualquier mal que pueda relizar sobre tu persona será llevado a cabo - estas son sus palabras al llegar a su lado. Lo observo con desconfianza y sigo mi camino - ¡¡Miaaau!!! - es lo último que escucho al dejarlo atrás. Me viro y veo como lame sus patas mientras me observa sonriendo.

Al girarme no existe nada. Todo es blanco. No hay suelo, no hay paredes, ni techo, ni tan siquiera cielo. Todo es blanco, firme y uniforme. Sigo caminando hasta que comienzan a aparecer sombras indefinidas de la nada. Se dirigen hacia mi y respiraciones varias se acumulan a mi alrededor. Me detengo. Miro al suelo y un perro negro se encuentra sentado observándome. Su lengua está fuera, su respiración es acelerada y sus ojos desbordan alegría. Recuerdo las palabras del gato. No se que pensar, todo es tan irreal... El perro coge algo del suelo y lo suelta sobre mis pies. Es un simple palo. Se reincorpora a la vez que su mirada va del palo hacia mi. Ladra. Una vez, dos veces. Por fin me decido, nada malo puede pasar. Cojo el palo y lo lanzo con toda mi fuerza hacia el infinito blanco sin fin. El infinito es finito y mi lanzamiento quiebra en mil pedazos el impoluto blanco como si de un cristal se tratase.

Camino ante la nada y mis pies desnudos sangran. Ante mi un cielo que en cuestión de segundos pasa de la noche al día y así sucesivamente. El tiempo pasa inexorable, sin perdón, sin pasión, sin esperar por nada ni nadie. Es inocuo, intolerante, intransigente, sin nigún don de gentes.

El cielo desaparece y una enorme boca de mujer hace acto de presencia. Una sonrisa kilométrica se despliega ante mi. Su forma cambia a un gigantesco beso. Siento su aliento fresco y renovado en mi rostro. Corro y salto hacia su labio inferior. Me agarro con fuerza. Su textura, carnosa y suave, me produce una enorme satisfacción. Se entreabre y su lengua me recoge en un armonioso relamir. Estoy dentro.

Nunca la osuridad fue tan bella. Servir de alimento, servir de sustento. Todo un placer para un simple sujeto. Pero... ¿quien habla de simpleza cuando se trata de mi? ¿Acaso yo mismo? Imposible, esto no es real.