¿Por qué parar?

¿Por qué parar de volar si tu deseo es abrazar el sol? Un gran amigo con el que compartir tus mejores momentos. Quizás es mejor así y que sepa la verdad, aunque siempre sereis amigos ha de saber que tu meta final no es más que besar a la luna. Amantes nocturnos separados por la realidad. Paseos por nubes densas, húmedas y azucaradas. Como si de una entrepierna se tratase, su ángulo imposible nos reduce a moléculas que desaparecen alejándose las unas de las otras. Son muchas despedidas juntas, no hay lugar para la tristeza, solo nos embarga el nerviosismo ante lo desconocido, ante la certeza de que un nuevo mundo de maravillas se abre a nosotros.

El mundo es nuestro ¿podemos compartirlo?