sábado, 1 de noviembre de 2008

Primera noche fuera del paraiso

deseos

Nunca pensé que salir de una rutina costase tanto. Usos y costumbres que se han repetido a lo largo del tiempo. Necesidades ocultas que pedían a gritos una solución. Tan alto era su reclamo que se optó por la vía fácil. Autoengaños, alcohol, psicotrópicos, cualquier cosa era válida para sacar aquello que de forma natural nunca fui capaz. Mi cerebro aprendió rápido, uno más uno es dos, tan simple que adoptó una forma de vida propia, ocultando en el camino aquello por lo que realmente debía luchar.

Hoy, ajeno a todo lo que ocurría a mi alrededor, he comprobado con alegría que eso no es lo que quiero en mi vida, pero en el fondo, ese lado oscuro que todos llevamos dentro y que me ha dominado durante tanto tiempo, ha puesto las cartas sobre la mesa. He sido fuerte y más que lo seré, pero es inevitable sufrir las consecuencias. Todos aquellos problemas, frustaciones y demás basura emocional salen a flote excesivamente rápido. No me asusta, pero mentiría si no dijese que en cierto sentido me siento frustrado. No sabría muy bien explicar el porqué, pero ocurre.

Pensamientos insistentes que brotan del subconsciente. Nada es lo mismo, pero nada ha cambiado. Son las 6:21 horas de la mañana y me encuentro despierto y alerta. Todo esta bien, lo sé. Me siento orgulloso de mi mismo, solo queda esperar que el tiempo pase, ser paciente y constante. Se que lo conseguiré, no tengo la menor duda. Veo la luz al final del camino, pero lo mejor de todo es que tras esa luz queda un maravilloso mundo por descubrir.

Es hora de que mis deseos se hagan realidad.

1 comentario:

Ariadna dijo...

Cariño, Estoy muy muy orgullosa de ti. Sabes que eres una persona tremendamente especial. Fragilidad y fuerza, algo que fluye.

Yo sé que tu momento ha llegado y estaré muy contenta si aunque sea de lejos puedo sentirlo

Se nota que sabes donde vas

Un abrazo