
He de reconocer que Irvine Welsh es uno de mis escritores favoritos, ese tono socarrón, ese humor negro, esa mala leche a raudales y una humanidad que, aunque no lo parezca, sus personajes desprenden aún en su contra. En la línea de sus anteriores trabajos nos deleita en esta ocasión con una especie de versión posmoderna de "El relato de Dorian Gray".
He leído alguna crítica donde lo ponen como flojo y repetitivo, pero para ser sincero me parecen sandeces. Desde mi punto de vista, esta es una de sus obras más maduras donde incluso la narrativa, sin perder esa fuerza y transgresión típica de Welsh, se vuelva más ordenada y coherente.
Bueno, lo dicho, desde aquí mi recomendación para que se animen a echarle una lectura.
2 comentarios:
lo apunto
Lo buscaré, la verdad es que no lo conozco.
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