
Un nuevo mes acontece y nace bajo la inmensa luz de un nuevo porvenir. Gestándose durante un tiempo ya de por si considerable. Nunca se apostó por ello en el futuro. Se antojaba caprichoso y únicamente importaba disfrutar cada segundo que pasase. Así se hizo y así la felicidad no pudo escapar. Sonrisas y ojos brillantes, naturalidad extrema junto a la contención de dos desconocidos que se conocen cada vez más. Un falso intento por alejar toda probabilidad de continuidad y no se habla más del tema. Pero claro, todo dulce acaba por salir de su envoltorio y así fue. Llegaron los días finales y el fin solo fue el principio. Las burbujas ascendían hasta llenar el cielo de colores y ebrios de felicidad el compromiso se hizo realidad.
Ahora, en la distancia, cada vez están más unidos y solo rezan porque los días pasen como hojas de calendario llevadas por el viento. Estamos ahí, juntos en el camino... llegó el momento.
2 comentarios:
Guapo,
Tu y yo sabemos que hay uniones que ni el tiempo, ni la distancia separan. Tengo el pálpito de que está va a ser una de esas.
Un abrazo
Para hacer que pasen las horas te recomiendo que leas este post de mi amiga Alicia
http://ganoporelcolordeltrigo.blogspot.com/2010/03/oficios-de-paciencia.html
Besitos
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