jueves, 11 de marzo de 2010

Rodrigo Contradigo vs. Contra Dicción

400 anch.

Esperas, lejanías, ausencias... nada de esto es y la mentira se abastece de mi. Negativas y dulces palabras en el denso aire a la espera de una rafaga que, irremediablemente, alejará de mi toda duda ¿o no? Dudas... me pregunto si realmente dudo. Lo que está claro es que de mi mismo no dudo pero... ¿y de los demás? Me digo que no, creo en las personas, quiero creer en sus palabras, y de hecho lo hago, pero lo que la experiencia me ha enseñado es que, por mucha buena voluntad que se ponga, hasta que los hechos hablen por sí solos no debes de creerte nada al 100%. Y ahí estamos, creyendo, confiando, pero siempre atento a lo que pueda pasar.

Me dejo ir, crezco con el dulce aroma que me rodea, nada puede enturbiarse, no ahora. Me lanzo de cabeza y con ojos cerrados, se que no puede pasar nada y si pasase estoy preparado para levantarme y seguir mi camino. Nada es para siempre, esta premisa fue lo último que aprendí por las malas y me lo repito una y otra vez.

Las personas somos inestables por naturaleza y más en el campo emocional. Es por ello que por mucho que queramos no podremos fiarnos de nadie, ni tan siquiera de nosotros mismos. Somos lo único que tenemos, eso es algo seguro.

Aún así te busco en cada esquina, te huelo allá por donde voy, te siento junto a mi y a veces, he de reconocerlo, temo de esta continua falta de miedo... divertida contradicción, temer a no tener miedo... eso es el ser humano, eso es lo que somos, la eterna contradicción.

No hay comentarios: