viernes, 27 de noviembre de 2009

La incesante búsqueda de lo primordial

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Oscuras láminas de cristal fluorescente caían desde el cielo. Su brillo, apenas perceptible, no presagiaba nada bueno para esa noche. Aún así, no dejaba de ser un espectáculo maravilloso. En el interior de mi auto estaba a salvo, pero todos aquellos peatones que deambulaban sin rumbo fijo a altas horas de la madrugada no sabían lo que se les venía encima. De golpe, todos los cristales fueron deshaciéndose en pequeñas partículas, quedando un polvo estelar que fue aterrizando sobre cada uno de ellos. El auto se impregnó de dicho brillo mortecino, mientras que todos aquellos que se encontraban en el exterior no pudieron dejar de aspirarlo. De repente, todo quedó paralizado. Todas las personas que andaban al aire libre cayeron derrumbadas. Muchos se abrieron sus cabezas contra el suelo, otros tantos desaparecieron por las escaleras del metro y algunos incluso se precipitaron desde sus balcones.

Esperaba este momento, sabía que sucedería y lo que ahora tenía frente a mi no era más que una imagen digna del infierno de Dante. Un silencio atronador invadía la ciudad. Todo había dejado de funcionar. Abrí la guantera y cogí la máscara de gas. Una vez puesta, salí del coche y comencé a caminar entre los cuerpos. Muchos aún respiraban. Seguí indagando hasta que por fin di con ella. Aún estaba viva. Cogí su bolso y lo vacié en el suelo. Después de tanto tiempo, ahí estaba. De una vez por todas lo había encontrado. Lo guardé con mimo en mi bolsillo izquierdo. Ya había finalizado mi misión. Ya no tenía sentido seguir aquí.

Volví al coche y me subí al techo. Desde ahí solo tuve que estirar mis brazos al cielo. Un enorme haz de luz cayó sobre mi cubriéndome al completo. Note como mi forma humana comenzaba a desintegrarse. Ni tan siquiera sentía dolor, más bien un incómodo cosquilleo que penetraba en cada una de mis células.

Ahora ya no soy lo que era, tampoco sabría decir muy bien lo que soy, ni mucho menos donde estoy. Lo que si se es que conseguí aquello que buscaba y aún me queda un enorme camino por recorrer...

3 comentarios:

Alabinbonban dijo...

Qué visual, me encanta. Una mezcla entre la lluvia de Blade Runner y el callejón de la última escena de Desayuno con diamantes, jajajajja.
Hay que ver cómo te inspira ganar mis certámenes internacionales...

El mejor profeta del futuro es el pasado dijo...

Ya ves, que haría yo sin tus concursos!? Mi vida no tendría color ;)

Ros dijo...

que bueno, lo he visto ahí encima del coche transformándose en una especie de... de... espero a ver si hay segunda parte y me lo aclaras. :)