martes, 29 de diciembre de 2009

El inicio de un fin, un nuevo inicio (cada vez más cerca)

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Pasó la tormenta y con ella el revuelto temporal que desde hacía unos días acompañaba mi travesía. Aún no brilla el sol con fuerza, pero tímidamente se va abriendo paso entre las nubes. El mar, vivo y enérgico, me indica su estado de felicidad ante su nueva y estable situación. Pequeñas y suaves olas menean el barco a modo de celebración, salpincando con sus pequeñas lenguas salivas de sal viva que besan mi rostro.

La verdad es que aún no se como he sobrevivido a estos terribles días. La fiebre se apoderó de mi y mis paranoias fueron in crescendo haciéndome creer que todo era real. Probablemente, muchos de mis temores se basaron en situaciones reales, pero mis propios miedos tomaron las riendas de la situación hundiéndome y provocando una parálisis emocional que me ha dejado fuera de juego. Pero como siempre, tras la tormenta vuelve la calma, y aquí estoy yo, demostrándome una vez más que todo es posible.

Me dirijo al puerto más cercano. Después de tanto tiempo ya es hora de que comience a llevar a cabo mis planes. Mis pensamientos parecen haberse organizado, o por lo menos ya tienen una forma más concreta. Se que en cierto modo será duro, dejaré muchas cosas atrás, pero no puedo dejar de sonreir ante un nuevo camino que está por descubrir. Romper con todo, seguir tus impulsos como latidos de vida que te indican cuales son los pasos a seguir. Son mis deseos, mis necesidades, mis miedos, es todo aquello que quiero que sea y será... para bien o para mal, ha de ocurrir.

Después de muchos días ausente en un plácido coma inducido, ella vuelve a aparecer tras la puerta del camarote. Apenas puede abrir los ojos. Aún así me sonríe y me manda un beso aparentemente lleno de amor. Lo siento, no me creo nada, pero aún así le sigo el juego y le mando otro de vuelta arropado en una enorme sonrisa. Nuestro días están contados y nada más llegar a tierra nuestros caminos se separarán inevitablemente. Probablemente nos mentiremos y nos diremos que pronto volveremos a vernos, pero si eso ocurre no será más que una despedida prolongada. Después de todo, creo que es lo mejor. Hemos disfrutado, nos hemos amado superficialmente aunque hayamos querido creer que era algo más profundo, y las cosas a fin de cuentas son las que son. Nada es para siempre y esta historia, como tal, está llegando a su fin... pero... ¿y quien dice que lleve razón?... todo está por escribir, pero lo que está claro es que no pensaré cuales serán las próximas palabras que definirán mi futuro.

Por fin atisbo tierra firme. Pronto llegaré a puerto y podré abandonar la mar. Pronto podré estar realmente a solas conmigo mismo y el mundo entero.

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